miércoles, 29 de octubre de 2008
Como toda mujer
Como toda mujer, desde niña he soñado con ser veterinario, pediatra, cantante y hasta astronauta para ver de cerca la estrellas... así como también se sueña encontrar a un príncipe como los cuentos que leen los padres o que vociferan las abuelas.
Como toda mujer, al ir creciendo me topé en la vida con una serie de niños a los que me atreví a llamar “hombres”; aquel proceso del primer beso, del primer amor, de ese primer Te Amo, el cual no conocí lo intenso de su significado sino hasta muchos años después.
Como toda mujer, lloré por todos esos niños, niños que jugaban a ser hombres y por ser un juego carecía de importancia, lo que para una a esta edad implica un despecho y un sufrimiento que juraba ser eterno e insuperable.
Como toda mujer, aprendí con los años y con las caídas que son consecuencia de los fracasos, que el amor es ingrato y que definitivamente es carente de sentido en la vida, porque, de que vale sentir algo tan lindo, para que sea poco apreciado.
Como toda mujer, tuve una época en la que los hombres solo eran “familia de los reptiles”, “Todos son iguales”, “El apellido de un hombre es: MENTIRA”, y tantos más que en toneladas de aquelarres y macollas realizadas entre las amigas, manteníamos firmemente que hombre no es gente... y no existe, ni existirá quien demuestre lo contrario.
Como toda mujer, guarde la esperanza a pesar de creer firmemente en mi canto de guerra, porque no era posible que con canciones tan bonitas escritas por hombres alrededor del mundo, no existiera ni uno solito que valiera la pena.
Como toda mujer o bueno, quizás no como todas, después de asumir que “la machodependencia es triste”; digo hoy con el raciocinio de una mujer completamente enamorada, que tal vez no es creíble para muchas, encontré a una persona, a la que puedo llamar hombre, que para mi es un príncipe con el cual no tengo que ser astronauta para ver las estrellas, aquel que se gano mi confianza y me hizo creer de nuevo que no todo es malo y que el amor SI EXISTE, y gracias a el, estoy entendiendo el verdadero significado de un TE AMO.
Como toda mujer, al ir creciendo me topé en la vida con una serie de niños a los que me atreví a llamar “hombres”; aquel proceso del primer beso, del primer amor, de ese primer Te Amo, el cual no conocí lo intenso de su significado sino hasta muchos años después.
Como toda mujer, lloré por todos esos niños, niños que jugaban a ser hombres y por ser un juego carecía de importancia, lo que para una a esta edad implica un despecho y un sufrimiento que juraba ser eterno e insuperable.
Como toda mujer, aprendí con los años y con las caídas que son consecuencia de los fracasos, que el amor es ingrato y que definitivamente es carente de sentido en la vida, porque, de que vale sentir algo tan lindo, para que sea poco apreciado.
Como toda mujer, tuve una época en la que los hombres solo eran “familia de los reptiles”, “Todos son iguales”, “El apellido de un hombre es: MENTIRA”, y tantos más que en toneladas de aquelarres y macollas realizadas entre las amigas, manteníamos firmemente que hombre no es gente... y no existe, ni existirá quien demuestre lo contrario.
Como toda mujer, guarde la esperanza a pesar de creer firmemente en mi canto de guerra, porque no era posible que con canciones tan bonitas escritas por hombres alrededor del mundo, no existiera ni uno solito que valiera la pena.
Como toda mujer o bueno, quizás no como todas, después de asumir que “la machodependencia es triste”; digo hoy con el raciocinio de una mujer completamente enamorada, que tal vez no es creíble para muchas, encontré a una persona, a la que puedo llamar hombre, que para mi es un príncipe con el cual no tengo que ser astronauta para ver las estrellas, aquel que se gano mi confianza y me hizo creer de nuevo que no todo es malo y que el amor SI EXISTE, y gracias a el, estoy entendiendo el verdadero significado de un TE AMO.
Ma. Carolina Zerlín
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